Cuántas veces habremos viajado a un lugar a un lugar y habremos descubierto algo nuevo cada vez. Esta vez se trata de aprecia el juego de la naturaleza y ponerle nombre orgánico, homeomorfo, simbólico o de semejanza, en un lugar donde la imaginación se expanda. La Pedriza se convierte en un lugar de adoración para los capitalinos, y amantes de la naturaleza. Haga frio o calor, sus pétreas formas vigilan desde el horizonte. Le toca a un punto de vigía, fortaleza, atalaya, algo que se ha nombrado como el Cáliz por su forma, lo recuerda.
Bajar por una pista es poco emocionante y unos aceleran hasta la llegada.
Por motivos incógnitos la única imagen, que hasta ahora queda es la portada.
La traza de la Ruta.