jueves, 26 de julio de 2012

Ansiosa Mente – Claves para reconocer y desafiar la ansiedad.

     La Ansiedad es una sensación de alerta constante; mantiene un pensamiento fijo capaz de mantenerte vigilante. Genera inquietud, intranquilidad y desasosiego.

      A través del libro Ansiosa-mente, se aclaran y fijan ideas sobre la ansiedad, lo que nos paraliza, obsesiona e intentamos evitar. Diferencia con el Stress, estado de sobrecarga humana, que nos genera preocupación.

      Las causas de la Ansiedad las encontramos como factores internos, los genéticos y biológicos, los hechos acaecidos en la infancia. A nuestro alrededor, en la acumulación de estrés y traumas, y elementos a los que nos acercamos. Evitar el problema. Abusos de estimulantes y alcohol, y lo que nosotros aportamos: Interpretación erróneas de las cosas, represión emocional; Falta de autoestima y falta de horizontes en la vida.

      Generadores autónomos de ansiedad son el trabajo, y concretamente situaciones que no podemos afrontar o circunstancias emocionales como trabajos mal pagados, muy competitivos, con poca capacidad de decisión, en alta responsabilidad o peligrosos, gravosos, envidiados, inestables, de alta disciplina, etc. El miedo al fracaso, el moving en el trabajo y demás.

       Nos genera ansiedad, la necesidad de ser  aceptados por los demás, la conformidad, la aceptación, como forma de influencia social, y la obediencia.  Lo social nos afecta, llevándonos a un estado de ansiedad, como son: los demás, como fuente de insatisfacción, la agresividad propia y de los demás. En el defecto de contacto con los demás se encuentra la Soledad.

domingo, 15 de julio de 2012

Puerto de Navafría al área recreativa El Chorro Segovia. La Garganta del Rio-Cega. Pedraza.

      Desde el fresco puerto de Navafría, tomamos pista en la tarde de verano. Si en la urbe el Sol arremete y sube los termómetros hasta los 35º, aquí, la altura, la vegetación y la brisa, moderan la temperatura casi 15º menos. La umbría afloja el trepidante calor y lleva al caminante a cubrirse, arroparse. Que extraño contraste, pensar cuan antes se derretía la mente y ahora se encoge en algo mas de una hora.

        Crecen rápidos y uniformados, los pinos, en la zona, como ejército dispuesto para la batalla, montan guardia en la cumbre y ladera, defendiendo su paso a ambos lados. Aduana natural que se franquea a paso calmo. Amplia pista que nos conduce entre recovecos hacia la garganta del Cega y un mirador sobre ella. Majestuosas crecen sus acículas; espesas y tupidas atrapan la humedad, enredándose la luz en sus ramas. Aun después de la puesta de 
  
      Sol entre ellas se ve su resplandor. Una vegetación baja de helechos lo confirma.
El musgo alfombra la roca y las paredes de piedra. Luchan entre si acebos, tejos y pinos de repoblación, por abrirse paso al Sol; creciendo rápidamente. Su presencia es firma de identidad, de salud de bienestar, de pureza escondida, que invitan a sosegar la andadura, perder la mirada y a atrapar fugazmente el recuerdo. Quien gustara encontrara abrigo en este lugar, pudiendo pernoctar en alguno de sus refugios, abiertas hospederías que aguardan morador.

sábado, 7 de julio de 2012

La Garganta de Santa Maria, Casillas al remanso La Pinareja, La Adrada, Ávila 20120707

        El 7 de julio, San Fermín, el Sol calienta, termina de madurar la última mies. Resquebraja y retuerce las verdes ramas caídas. Seca las acículas, castañas y bellotas. Tiene de oro a brochazos por donde pasa. Purifica el ambiente, sube el color del cielo desde el morado hacia el blanco para caer en el añil del verano. En las montañas, usa el ocre y cobrizo para despedir el día.

      Arriesgarse a caminar, a ventura que sombra y brisa alivien el calor reinante, Recogerse bajo el sombreado camino, que luego pista, que ahora senda, es llevadero si en ello descubres alguna charca, embalse, curso o poza, que sonoro o quieta, refrescan los sentidos.

     Subir entre castaños, buscar el camino, rogar por encontrar el destino, absorben  la mente y las energías. Aleluya, si la huella es clara; Confiar en el guía, si desaparece. Rocas, ramas y arbustos, se entrecruzan azarosos para golpear la marcha y nuestros pies. Manto de hojas desordenado aquí y allá, entrampa riesgos que alguno recoge su recuerdo, en forma de marca de fuego, firma del bosque o cicatriz.

domingo, 1 de julio de 2012

Las Cascadas del Purgatorio desde el Puente del Perdón, El Paular, Rascafría

      El verano en pleno apogeo, trae a Madrid un inmenso calor. La escapada de la ciudad se propone como opción ante el calor que sube del infernal asfalto. Agrupados, por parejas, con mascota o uno mismo nos llama el sugerente nombre de Rascafría.

       El infierno lo sufren los que se quedan en la ciudad, y buscan el perdón aquellos que emprenden peregrinaje, y se puede encontrar cerca en la M-604, el Monasterio de Santa María de  El Paular  y su Puente del Perdón sobre el rio Lozoya, nos invitan a ello.

       Los perezosos se pueden quedar en las Presillas, acomodaticia pradera, con chiringuito, aseos, charca de rio y justa sombra. Los que tienen fuerzas o inquietos provistos de agua, tente en pie, y ligeros de ropa, pueden iniciar la ruta marcada como “Las cascadas del Purgatorio”.

       El lugar que se llega después de 2 horas en concienzuda marcha, invita al refresco de cuerpo y levanta el espíritu ante los farallones que rodean singular torrentera que nace de entre peñas. Se indica el lugar con un pequeño entarimado y valla. Aquí Ud ha llegado, por sombreados caminos dirigido por caminantes previos, con esclavas o bien calzado, sin pérdida y acompañado y franqueado por caminantes y retornantes.

        Si tiene suerte, se podrá encontrar un lugar para descansar, aliviar la mochila, reponer fuerzas y recuperar la horizontalidad. A mayores, encontrar un lugar donde el romper del Arroyo del Aguilón silencie otras conversaciones que la nuestra o la de los propios pensamientos. Algo de abrigo para tapar el cuerpo, obscuridad para los ojos, en el paréntesis de pérdida de conciencia que deja al cuerpo y mente hacer su trabajo, y al espíritu su sosiego en tan singular paraje, delicado entramado natural.

       Dejo referencias, Ruta, y otras historias donde encontrar por qué este paraje escogido por monjes cartujanos para vivir, en el Parque Natural de Peñalara.