domingo, 25 de enero de 2015

¿Qué hacer con el calor?

El verano era acuciante, la ola de calor no pasaba. Irene, por poca ropa que se pusiera estaba agobiada por el calor seco de la ciudad. Esta rubia alemán que vino de Erasmus a Valladolid, se encontraba atrapada presentado su tesis de final de universidad. Acostumbrada a lo nublado, fríos y lluviosos días de su Hamburgo natal, la alegría de llegar a este país mediterráneo estuvo presente la mayor parte del tiempo, hasta que el sol y el calor se convirtieron en rutina. Las abrasadora y continuas altas temperaturas le secaron hasta las ideas.

Así pues decidida a emprender un cambio  en su vida, se armó con los juguetes que andaban por su piso compartido de la Uni: mochila, pistolas y bumpers de agua, todas las que pudo y puso rumbo hacia el centro… Cargaría de munición en la fuente de Isadora y repartiría, alegría y buen humor a cualquiera que la mirase. Estaba dispuesta a participar de la vida loca y rellenar una y otra vez de agua sus powers-jets.

En la fuente de la plaza de Isadora la esperaban otros tantos Erasmus convocados por Twitter y Facebook que hacía un alto en su rutina. Unos en camiseta y shorts, otros en bañador, o con algún disfraz improvisado; con chanclas o sandalias, con gafas de nadar o bucear, comenzaron a disparar chorros a diestro y siniestro.

Música de baile, gente en patines, curiosos en los balcones, despistados transeúntes y vehementes participantes, danzan e intercambian risas y chorros de agua, exclamaciones jocosas, refrescando el mediodía de esta castellana ciudad.

Empapados, jubilosos y algunos cabreados pasaron, mojaron, rellenaron y se implicaron hasta que se les acabó las pilas de la música. Terminada la improvisada algarabía, los conocidos y los conocidos y atrevidos, se abrazaron, besaron, rellenaron selfies, fotografiaron y grabaron en vídeo el encuentro.

Vacías las pistolas, bumpers o jet-streams, montaron sus mochilas para seguir de cañas y tapas habiendo decorado una ciudad sobria, austera y gris con mucha camaradería, juventud y alegría.

domingo, 18 de enero de 2015

¿Qué dice Ud después de decir Hola?

El cuento de caperucita roja comienza la segunda parte. Un análisis desde un punto de vista externo de algo interiorizado en nuestra infancia.

El destino humano basado en los mitos  y cuentos de hadas. Cómo somos cuando crecemos, cuál es nuestra película, cómo la hemos construido y se nos ha entregado, un guion al que seguimos fiel.

Nos permite reflexionar sobre nuestras influencias prenatales, los sentimientos de los padres ante el nuevo hijo que viene. Cuál es nuestra posición por el nacimiento y cómo nos entregan una programación, un  guion para la vida. 

Nos presenta el concepto de “Triunfador” como alguien que consigue hacer lo que dice que va hacer y un “Fracasado” como quien no consigue realizar lo que proyecta.

“¿qué le sucede a alguien como yo? Nos sirve para seleccionar  el guion con un argumento adecuado para responder a esta pregunta.

 La persona lo va eligiendo desde la cuna, los actos cotidianos de alimentación, sueño y eliminación, a través de las historias que nos cuentan. Moldeado por fuerzas (las directrices de los padres) y elementos que contribuyen  al guion.

sábado, 10 de enero de 2015

Fugaz encuentro al sonido del Spray

Acababan de salir.

Adriana, de casa de su abuelo, con la cartilla de racionamiento. Un tanto despistada y pensando en los 80 años que cumplirá la próximas navidades. Aún el frío la tenía entumecida y su mente vagabundeaba por la ciudad sin rumbo fijo. En su mano derecha, junto a su pecho, como entonado el “Mea Culpa”, atesoraba la lista de sus deseos: Limón, aceite, leche, azúcar, harina, yogur y huevos; los ingredientes de un bizcocho, su regalo de cumpleaños, a descontar de la cartilla de racionamiento.

Pocos pasos después de recitar los ingredientes, su perdida mirada se clavó sobre el atrayente sonido a su izquierda. Un silbante siseo, seco y metálico  que le condujo hasta el hombre joven de guantes, traje, maletín y zapatos que garabateando al pie de la pared, dibujo, prosa o letanía. Adriana intenta adivinar la imagen o el mensaje.

Philip, había salido del trabajo; en la treintena, atlético, alto, cabello betún, zapatos, traje impecable y cartera negra diplomáticos. Los guantes separándole del aerosol. Poca necesidad de líos y mucha de expresión arropan a este desafiante grafitero, con compulsiva inquietud de firmar su enseña. Es el imperio de la libre creatividad del espíritu que le compelen a arriesgarse con imaginación y aerosol sacados de algún recóndito lugar de su mente.

La adrenalina aguijoneaba su pulso y el saberse objetivo de la policía política, que le llevaron a pausar el tiempo y vivir intensamente el momento presente. De alguna manera sintió una fría y curiosa mirada a su espalda, mas intrigante que amenazante.

Adriana y Philip, cada uno sacados de su mundo; que a no ser por el aerosol, el dibujo en la pared nunca habrían recalado en su existencia.

Interrumpieron su labor iniciaron un diálogo de miradas, esperando que fuera el otro quien le reconociera o iniciase la conversación. Ojeada de reconocimiento, silencio de extrañeza y ademanes huidizos para separarse silenciosamente, intentando olvidar el encuentro y retomar su rumbo.