domingo, 18 de diciembre de 2011

Tai Chi forma de Palo Estilo Yang con Ignacio Cáliz

    Tai Chi forma de Palo Estilo Yang con Ignacio Cáliz.


                    Los orientales dicen que en la práctica del Tai Chi con armas “se proyecta el espíritu más allá del cuerpo”.

        El palo es un elemento que se puede utilizar para practica Tai Chi, y también bajo el estilo Yang. La forma tradicional se puede realizar incorporando este elemento dando nuevo sentido a la práctica.

       El Palo es un elemento que acompaña al hombre desde siempre para caminar, como apoyo, como herramienta en las labores agrícolas y ganaderas, y como útil defensivo, que manejado con ambas manos, sirve para realizar los movimientos de la forma yang enlazados.

      El estilo Yang se caracteriza por su práctica lenta, circular y suave, que en la forma con Palo añade la dificultad del empleo de este elemento en la ejecución de la Forma. El Palo forma parte de nosotros, lo hacemos uno con nosotros, moviéndose ligero y suelto, firme y contundente, en continuo movimiento, es una prolongación del practicante; es nuestro cuerpo el que lo pone en marcha, no solo por la acción de brazos y manos. Los pies pegados al suelo, enraizados, garantizan la transmisión de la energía; si despegamos los pies del suelo en la terminación del movimiento, podríamos ser arrastrados con facilidad, por nuestro oponente o lastrados por el Palo mismo. Tomamos conciencia de nuestra posición respecto al arma, la distancia, las trayectorias de la técnica.


       La forma con palo se basa en movimientos circulares, presentes en las disciplinas marciales que trabajan con armas como elementos externos; lo manejamos con suavidad y firmeza, por los dedos meñique y anular, con elegancia y destreza, por los dedos medio e índice, y agarrado con fuerza en la oposición del pulgar.

       Trabajar con el Palo nos aporta contenido y sentido, mayor grado de dificultad, requiere coordinación y destreza; nos permite enlazar con nombres y posiciones del Estilo Yang, siendo otro desafío para los practicantes. La ejecución de los movimientos de mano vacía consigue otra visión con la utilización del palo, algo similar a practicar Toi Shou con otra persona y luego realizar la Forma individualmente. Otras aplicaciones marciales con el Kobudo, o el Aikido hacen del palo una práctica en si que tiene sus equivalentes en el trabajo de mano vacía.

       La mente focaliza la atención ante nuevos movimientos, se abstrae colocándose y relacionando con lo anteriormente aprendido, para encajar, memorizar, simplificar y  buscar en el cuerpo su lugar. Podríamos mencionar otras formas de gimnasia corporal-mental, mas el trabajo con el Palo requiere constancia, para afianzar, destreza, para el desarrollo kinestetico, intención, para facilitar el fluido de la energía corporal, atención al movimiento y situación espacial. Todos estos elementos dotan a los movimientos gimnásticos de significado y activan el equilibrio en nuestro sistema simpático y parasimpático, activan la salud y el bienestar. Sirven como paradigma de aprendizaje de nuestro movimiento en la vida.

        Al trabajar la respiración, la posición, la atención, la intención, todo ello hace que se expanda nuestra energía interior, que partiendo desde nuestro centro (Dan Tien) crea una burbuja energética a nuestro alrededor, que nos fortalece y previene de malestar, golpes y lesiones. Activa nuestra vitalidad y fortaleza interior para ser mas nosotros mismos, más completos antes las dificultades y adversidades. La respiración modulada calma la mente, el cuerpo las emociones y el espíritu, facilita la relajación entrando en un proceso cíclico de calmando la respiración se calma la mente y esta calma el cuerpo, que a su vez calma la respiración.
 
     Trabajar con elementos externos, complementos como el palo, espada, abanico u otra persona nos aporta el reflejo necesario para que nuestro cuerpo desarrolle todo su potencial. Recibimos la resistencia del otro, la mecánica del elemento externo, y esto nos ayuda a que el cuerpo se involucre completamente, la imaginación cobra realidad y los movimientos de mano vacía se llenan, la repetición nos aporta su efectividad, bien para la salud, bien para la defensa personal o del organismo en general.

      La preparación, al comienzo del ejercicio es fundamental; el cuerpo, se limpia energéticamente, se despierta, se movilizar. Cultivar la respiración profunda y acompasada desde el principio, en cada movimiento, hasta el final despierta nuestras potencialidades. Recoger, cerrar, guardar, asimilar el potencial desplegado es tan fundamental como todo el proceso realizado en sí. El Tai Chi se ocupa de abrir, movilizar y hacernos sentir, es un Arte que requiere disciplina y buen hacer, con entrega honesta y sincera.

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