En los últimos años websites como Facebook, Twitter o MySpace han disparado tanto la información sobre las redes sociales como el deseo de entenderlas. Éstas determinan cómo nos encontramos, con quién nos casamos, si nos ponemos o no enfermos, cuánto dinero ganamos y si acudimos o no a las urnas. Nuestros amigos, o incluso los amigos de los amigos de éstos, pueden hacernos engordar; pero también la felicidad es contagiosa.
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