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| Jorge Alonso Gil Henao |
La casa de las Asociaciones de Rivas ha sido el lugar elegido para la conferencia que nos presenta la Asociación Donantes de Risas, con el ponente D. Jorge Alonso Gil Henao, Jorge Gil como le conocen en su Colombia natal. El Arte de vivir con las manos libres” sugiere mucho y sirve como introductorio para 2 horas de charla amena y distendida, de este hombre-chaman que nos revela los misterios en el lenguaje cotidiano y ciudadano.
El primero de julio reunió a casi 50 personas y nos deleitó con el sentido chamánico de “El Arte de Vivir con las manos Libres” en su metafórica expresión: “Bienvenido”.
Las manos abiertas, libres sueltas en contraposición a los puños, dedos en garra, artrosis reumatoide que afecta a las manos y que representan nuestra cerrazón ante la vida y los designios del cielo. Las manos abiertas están hechas para recibir. Recibir los designios del cielo, lo que nos quiera mandar, que con obediencia tendríamos que recibir y acatar como plan de vida.
El sentido chamánico del saludo “Bienvenido”, de la alegría que ofrecemos en este recibimiento. Jorge nos propone el siguiente juego de palabras: “Bien”, “Ven”, “Ido”. Aplicado a todo, al buen y mal humor, a la salud y la enfermedad, a la alegría y la tristeza, la riqueza y la pobreza, y como no, a la buena y mala “leche”. Como un rio que fluye y que se mueve naturalmente, descendiendo hacia el mar por el camino más fácil.
Las manos abiertas al cielo para recibir, lo que nos tenga que ordenar, “Bien”. Aceptando la bondad del Universo, sin moralina, solo con su abundancia, en la escasez como en el exceso.
Las manos juntas, puño recogiendo el pulgar en la derecha (la tierra), palma abierta con el pulgar al cielo (el cielo) sobre la otra para la izquierda. Llevadas sobre el corazón para simbolizar el “Ven”, lo nuestro, lo inmaterial, lo que no tiene precio “la vida”.
Las manos abiertas hacia la tierra y los demás, “Ido”, para representar el “no combate”, para convertir al cuerpo en un Yantra Mudra. Un abrir de alas y a volar moviéndose en libertad.
Soltar y convertirnos en el “Arco” que lanza sus flechas, como el arquero Zen, que usa el arco, la diana y las flechas como instrumento de meditación, para siendo uno con la diana, elegir la posición ideal del cuerpo, posicionar el arco y al soltar la flecha, desentenderse del resultado. Representar el desapego, el hacer por el hacer, independizarse del resultado. Sin dejar gota en el tintero para continuar cono si nada antes hubiera ocurrido.
Sin resistencia, sin criticar, sin hacer juicios frutos de la moral del “Bien y del Mal”, desviación original del camino de nuestra parte divina, nuestra ingenuidad.
Jorge nos cuenta estas y otras verdades entre cuentos, chistes y chanzas, haciendo liviano lo pesado, ligero lo profundo, y pasajero lo trascendente. Transforma humanitariamente lo misterioso en asequible, para que todos entendamos aclarando la metáfora.
“Pongamos le un poco de humor a la vida”, combatamos sin armas, fundiendo las cristalizaciones del pensamiento, los fanatismos. Podemos confluir con el otro en lugar de llevarle la contraria, escucharle y no juzgarle, llevando a nuestro interior la batalla externa para reconocer nuestra sombra proyectada.
Respiremos nuestra sombra, nuestra mala leche, delante de nosotros, inspiremos la mala leche, (Bien), retengamos la mala leche (Ven), exhalemos la mala leche (Ido) una y otra vez, hasta fundirla, con la cadera suelta, con swing, hasta que cuerpo, corazón y mente sean Uno. Hagamos esto con La queja, con su ganancia inversa, el afecto y la caricia en el lomo (el pobrecito).
Una tras otra desfilan las ideas, las preguntas, y el tiempo. Dos horas de risas, profundos y livianos momentos, quedándonos con ganas de más,…, en otro momento será…. Por ahora tenemos suficiente para trabajar (nos), hasta otra Jorge Gil, como le gusta que le llamen, con alegría, vuelva con más.
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